Hernan: Encendido


Casi ni respira el humo que enterro en sus pulmones, solos sus labios se unen para destruir ese aliento de nicotica grabado en los colores de sus escamas.
Temblando sus nervios dilatan su soporte esqueletico desprendiendo la carne de ellos.
Monedas golpeadas sobre maderas rayadas y vidrios partidos mantienen el equilibrio de un bolsillo patinando sobre el lustre de los bancos.
Los parpados soportan el peso de una tensionada cadena que lo arrastra hacia un blanco demasiado blanco.
La ropa comienza a pesar, los hilos de las prendas penetran en las venas cerrando su camino eh invadiendo los nuevos.
El ojo abierto se seca por la brisa de pequeño soplido de aliento hasta cristalizarse en un objetoen el estado mas solido.
Solo el mañana contara la historia de esa exitante noche donde visito a su cuerpo sin tenerlo.

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